Y lo cierto es que pensábamos que era un poco pronto, todavía no aprieta el calor y no esperábamos encontrar mucha actividad en las orillas.



Un bonito día de pesca en el que acompañó el tiempo y que nos permitió tentar a las muchas carpas que comían revolviendo el fondo de las orillas y a las que costaba mucho hacer subir a nuestros engaños.
En cuanto a los barbos,lo difícil fue localizarlos porque una vez vistos subían francos a la mosca
a poco bién que se la presentases.
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